Cómo fue tu descubrimiento hacia el mundo mapuche…
Yo crecí en un contexto en que la educación formal negaba lo indígena, donde mis
compañeros, producto de la discriminación, negaban ser mapuche, fue a partir de
la naturaleza, de establecer contacto con mi entorno que fue llegando esto.
Visitando el bosque y observando lo que me rodeaba, por eso, yo creo, que el
libro “Las tentaciones de Eva” construye un paraíso indígena, a través, de ese
entorno, más autóctono, donde la Eva puede ser cualquier mujer que habita ahí.
¿Cuándo fue tu primera publicación? ¿Cuándo te diste cuenta de lo que
eras?
A mí siempre me dijeron poeta, era mi apodo de la básica y de la escuela
secundaria, participaba en todos los actos. Luego, ya en la universidad para un
acto de bienvenida, preguntaron quién escribía y no faltó el que me conocía y
terminé en el escenario. En esa oportunidad conocí al profesor y poeta Sergio
Mansilla, quién habló conmigo para que sea su ayudante, y me instó para que
comience a publicar. Durante un verano, me dejó cuidando su casa, y la tarea de
armar un libro, le hice caso. De ahí, postulé el poemario a un concurso donde se
premiaba con la publicación de la obra, y lo gané.
Hoy con el tiempo y la distancia, sos reconocida como una poeta huilliche que
ha trascendido los espacios del territorio y has ganado un espacio entre tus
pares de respeto, como fue ese proceso…
En mi primer año deUniversidad, me correspondió estudiar poesía mapuche y, en
ese contexto, leí autores que me gustaron mucho como Lienlaf, Chihuailaf y
Huenun. Luego, me fui a una beca por un año a Alemania, y como no había redes
sociales no había tomado noción del material que estaba siendo editado. Me
habían publicado el libro del concurso “Luis Oyarzún”, también me habían
seleccionado para la antología de 20 poetas mapuche contemporáneos, editada por
Jaime Huenún. Varios escritores y poetas escribieron sobre mi obra, entonces, al
regreso del viaje me empezaron a invitar a encuentros y lecturas, y en ese marco
comencé a conocer a las y los distintos poetas mapuche. Igual era extraño,
porquemi poesía habla del cuerpo, de la sensualidad, la sexualidad, la
violencia, la naturaleza, a excepción de “shumpall”, no toca temas
explícitamente mapuche, entonces cuando yo iba a las lecturas era como la
diferente. No se entendió tan rápido, al principio no fue fácil porque todas las
preguntas eran dirigidas a cuestionar mi identidad, hoy en día ya esto no pasa.
Entre tus actividades también está la de compartir conocimiento, das talleres
y sos profesora, cómo es esa experiencia…
Me gusta mucho la pedagogía, yo soy profesora y siempre me preguntan, qué porque
no me cambio de trabajo, qué porqué no me dedico sólo a la literatura, y la
verdad es que a mí me gusta dar clases, algo que quizá no es tan común entre los
profesores, me gusta este desafío de enseñar y compartir e interiorizarme para
que el conocimiento sea a través de un aprendizaje que les signifique algo en
sus vidas.
¿Cómo te ves vos hoy en este contexto en el que los feminismos, incluso
dentro del pueblo mapuche vienen a cuestionarnos hacia adentro de nuestro
pueblo ciertas prácticas patriarcales y hasta qué punto te sentís parte o no
de los feminismos, como te encontras en medio de este contexto?
Como estudiante lo vi inicialmente como una teoría y dentro de eso no me hacía
el sentido que me hace hoy ir a una marcha, participar con otras ñañas o mujeres
que no son mapuches. Hoy, se activa desde lo social y para mí pasó de ser una
teoría a ser una acción, dentro de eso me siento bastante representada y siento
que hoy en día se perdió el miedo que había antes, por ejemplo, hasta el día de
hoy, mi abuelita no cuenta cosas, por “respeto”. Ahora ya no es tan así, hay un
diálogo más abierto, sobre lo qué nos sucede como mujeres, y ese cambio me
emociona porque el cambio parte por el contar, por el dialogar.
Contanos sobre tu Trewa Ko que ha sido editado este año por Ají Ediciones
para Puelmapu…
“Trewa ko” es un libro que explora, las aguas, que rodean las islas y está
compuesto por tres islas que para mí simbolizan mucho. El primer capítulo se
relaciona con mi habitar en la localidad de Niebla y la relaciono con una de mis
lecturas favoritas que es “La Odisea”. El segundo capítulo, tiene que ver con
Cuba y con el estar, andar en una isla ajena. El tercero es, más bien, una
reflexión sobre el territorio indígena y en cómo las islas han sido también
paraísos y prisiones, campos de exterminio. El título significa perro de agua, y
es porque el libro, se llamaba aguas perras, al traducirlo, salió esta palabra
que es “Trewa ko”, lo cual, me encantó porque Trewako es un ser mitológico de
Chilwe que aparece en los pantanos, por ahí, encuentro que se relaciona con el
Shumpall, mi anterior libro. Luego, en Concepción me contaron, que trewako, es
también un sapito pequeño, cuyo sonido, es similar al del perro. Siento que
todas estas imágenes de alguna u otra forma, también se relacionan con el libro.