UNA HISTORIA DE AMOR

En el mercado de Tilcara donde prepara desayunos junto a su madre y hermanas o en su taller de costura donde diseña su futuro, Sharon se empodera y toma la posta de ser una mujer trans visible y comprometida con su entorno, que a sus treinta años comienza una nueva etapa tras cerrar una larga historia de amor…

 


 


LA INFANCIA                                                                                                                                            Mi infancia no fue muy feliz, vengo de una familia humilde, y siempre había que ayudar en casa, asique ir a la escuela era por un lado una escapatoria, pero tampoco la escuela resultaba ser un lugar amigable, había cosas que yo quería hacer pero solo podían hacerlas las chicas. Allí tenía amigas, me gustaba juntarme con las mujeres, me sentía bien con ellas, me identificaba. Recuerdo que yo quería bordar y hacer dibujos, pero la maestra me mandaba a hacer las cosas de varones que no me gustaban para nada. Pero igual aunque la maestra no me quería enseñar yo veía cuando le enseñaba a mis compañeras y luego les pedía a las amigas que me ayudaran y terminaba haciendo las dos cosas, aunque en lo que más me destacaba era en las tareas de chicas, usaba los recreos para esto. Por suerte mis compañeras eran súper buenas, los chicos en cambio le decían a la maestra que yo ayudaba a hacer el trabajo a las compañeras cuando era al revés, ellas me enseñaban a mí. Ya cuando tenía unos 12 años me empecé a revelar con la profesora, le insistía que yo quería aprender lo que le enseñaban a mis compañeras y que tenía derecho a aprender, asique ahí me empezó a enseñar algunos puntos que hasta el día de hoy no los olvido.

En las tareas de la casa todos ayudábamos, somos 8 hermanos, vivíamos con mi mamá, que siempre estuvo sola, nunca la vimos con un hombre, ella trabajaba mucho, una autentica madre luchona hasta el día de hoy, ella me enseño a lavar la ropa, y como era la más grande me toco lavar la de todos, también cuidarlos, siempre nos educo para ser independientes, y como siempre trabajaba teníamos que aprender también a limpiar, a cocinar, a mantenernos limpias, ya desde chica aprendí también a coser, no me gustaba andar con la ropa rota y no teníamos para comprarnos asique yo trataba de parchar todo para que este impecable. Muchas veces nos tocaba acompañar a nuestra mamá a su trabajo en la quinta, la ayudábamos a sacar los yuyos, y el patrón nos daba un poco de plata, lo hacíamos en la tarde luego de la escuela y a veces los fin de semana todo el día.

EL AMOR                                                                                                                                                 En la escuela me gustaba un compañerito, Franco Vega y él se había dado cuenta, recuerdo que yo iba al grado B y el al A de la escuela Sarmiento. Fue algo como magia, yo lo seguía a todos lados, yo era y sigo siendo muy intensa. Lo conocí a los 8 años, para la clase de informática que unían los grados, había que hacer un trabajo practico y yo me junte con él, de ahí nos fuimos conociendo y en una vuelta se me acerca y me dijo porque lo miraba tanto, que te gusto o tengo algo de malo me pregunto, ahí le dije que me gustaba, el me dijo que el también me miraba de otra manera, aunque no sabíamos de cual, ni cuál era el sentido, yo creo que ahí nos empezamos a gustar. Pero fue a los 12 años que empezamos a estar juntos. Entre los 8 y los 12 comenzamos a descubrirnos, nos dábamos besos y abrazos. Recuerdo que en la escuela Sarmiento para esconderse hay un montón de lugares, pero nuestro preferido eran los baños que al fondo tenian un deposito, y aprovechamos los recreos. El me decía yo te espero en el depósito apenas salgamos al recreo, entraba el primero y yo después, y me acuerdo que yo le decía que no llegue tarde, que no me gustaba esperar, éramos niños. Ya en 7mo grado el recreo era solo para vernos, no jugábamos y a pesar de que yo era muy amiguera dejaba a las chicas para ir a estar con él. Para fin de año se armo un grupo de teatro en el cual estaba el, asique yo también entre, por chismosa nomas porque nunca me gusto el teatro, todo por estar cerca de él, de repente lo seguía a todos lados. Fue así que una maestra se dio cuenta de que algo pasaba. Una vuelta yo le dije que ya no quería estar en el baño y me dice que vallamos al salón de música, asique comenzamos a ir tras unas cortinas que había, me agarraba la mano, charlábamos, nos besábamos y fue así que la seño de música nos encontró, nos dijo que no hagamos cosas a escondidas porque era bonito lo que nos pasaba, recuerdo que luego la tuvimos de profe en la secundaria, y nos siguió viendo juntos. De ahí en más cada vez estábamos más juntos aunque no expresábamos nuestro amor en público.                                                                    Nuestro primer acoston, o encuentro más intimo fue como a los 12 años, antes de terminar la primaria, tuvimos relaciones en ese fondo de baño, no sabíamos que hacíamos, era hacer lo que sentíamos, no como adultos sino como niños, recuerdo que después de eso me fui a mi casa tan emocionada, tan alegre, de esas sensaciones que no te quita nadie, llegue a casa y mi mamá me decía estas muy rara, si feliz le dije. Así fue ese noviazgo, muy feliz y duro hasta los 18 años.

ADOLESCIENDO                                                                                                                                            La adolescencia la seguimos viviendo a escondidas, como amigos para el resto, el venia a mi casa a escondidas o yo iba a su casa a escondidas también, en esa época la pasábamos mejor, ya sabíamos lo que nos gustaba y lo que queríamos hacer. Vivíamos la sexualidad más libre, él sabía que yo quería ser mujer y él era el hombre. Lo que más me gustaba era cuando nos escapábamos a la finca por las tardes, ahí no había nadie, asique el me agarraba de la mano, me besaba y yo me sentía la chica más feliz, y le decía que nadie nos robaría esto. Igual a veces lo veía en el centro charlando con una chica y yo pasaba por enfrente muchas veces o directamente pasaba a su lado y lo saludaba, siempre fui celosa y él me decía que no le gustaban esas chicas que no me preocupe, “-yo tengo que hablar con ellas y mantener mi machismo”.                                                                                                                                              Fue una época emocionante de nuestra vida, nos encontrábamos en lugares del pueblo a escondidas, recuerdo que para un aniversario lo lleve a un hotel de esos que construyen los que vienen de afuera, estaba todavía en construcción y nos metimos a la tarde cuando ya no había nadie. Sabíamos elegir también lugares de la finca de la familia, recuerdo muy lindos momentos en el potrero del pucara o por los cerros también.                                                                                                                                         Era un amor a escondidas pero un hermoso amor.                                                                                      A los 17 empezamos a tener algunos problemas, yo era muy celosa, y había una chica que gustaba de él y como yo era su amigo me empezó a preguntar como ganárselo, y él me decía que no me meta en su vida. Ese año fue distinto, ya no nos veíamos tanto, aunque a veces me buscaba, y nos veíamos, alquilábamos una habitación para estar juntos. En esa época yo estaba en la parroquia y me empecé a meter más en la iglesia, así fue que cuando cumplí 18 viaje a un retiro espiritual para poder estar en el Santuario de la Virgen. Cuando llegue al retiro me quitaron el teléfono ya que no se podía usar, y como al tercer día de estar aislada comencé a tener una inquietud en mi, asique les pido de llamar a mi mamá y así fue como me entere, veinte que paso algo con tu amigo, que amigo le digo, no caía cual amigo porque para mí el no era mi amigo, y mi mamá me dice tu amigo el Franquito se quito la vida. Puedo asegurar que fue el golpe más duro que viví en mi vida.                                                                              Llore mucho, mucho, pero lloraba a escondidas, recuerdo que cuando lo estaban por enterrar estaban los del sepelio y les dije que quería unos minutos con él y el chico me pregunto porque, ¿sos familiar? y le dije que era su pareja y me miro rarísimo pero me dio 5 minutos. Le prometí que sería feliz, le di un beso y me despedí, así a escondidas. El se llevo todo, mis vivencias que eran solo nuestras, me corto las alas.                                                                                                                                                           Esto que me paso hizo que me refugiara más en la iglesia, y es ahí que ingreso al santuario del aura.

LA VIRGEN                                                                                                                                         Luego de lo que sucedió con mi pareja me refugie en la iglesia, me metí de lleno, me hacia bien sentirme parte de un grupo. Se llama “seguidores de María”, en ese momento fui el primer joven en participar, pero con una tristeza encima que no había sanado hasta hace muy poco, me sentía culpable por esa muerte, aunque sabía que yo no lo era.                                                                                         De ahí en más dedique mi vida a la virgen y comencé a trabajar en el santuario, era la encargada. El santuario esta a 55km de Tilcara, el recorrido se hace a pie, son unas 5 o 6 horas caminando. En la experiencia en el santuario aprendí muchas cosas, es un lugar muy importante para el pueblo y yo a los 20 años ya estaba al frente del mismo, asique era una persona muy respetada aquí, era quien cuidaba a la virgen y la fiesta de la virgen es muy importante, quien llega a estar a cargo de la virgen tiene el agradecimiento de la comunidad. Durante Semana Santa en la procesión bajamos desde el santuario con 86 bandas, las cuales hay que coordinar, casi todos varones, y debo decir que varios sabían de mi secreto, pero el respeto estaba igual. Semana Santa en Tilcara es descubrir el origen de la fé en la virgen, hay que subir al campo donde está el santuario y dejar todo atrás, llegar a su soledad y solo escuchar a los sikuris. Este año me acerque a la virgen y sentí mala vibra de la gente, pues ya no soy Carlos el que todos querían por su labor. Daría toda mi vida  para volver a estar a cargo del santuario, pero como Sharon.

LA TRANSICION                                                                                                                                     Cuatro años atrás comencé mi transición a mujer trans, yo ya me había declarado gay, tenía 25 años, luego deje la iglesia. Mis amigas siempre me decían que me trasvista, pero a mí me costaba, hasta que recuerdo que había una elección de reina y lo hice, fue la primera vez que me puse un vestido, unos zapatos, una peluca, y de ahí no pare, cada elección, marcha o actividad que había me iba toda de mujer, después me dije que esto quería para toda mi vida. Y de ahí en más comencé mi vida como mujer trans. Para mí ya haberme declarado gay fue mucho, pero cuando me declare mujer trans ya fue un golpe duro en la sociedad, porque todos miraban a Carlitos, muchos lo hacen hasta el día de hoy, pero Sharon es mucho más fuerte que Carlitos, mucho más metida, el que me saluda es señorita o Sharon, y hay gente adulta que lo entiende y hay otros egoísta que te dicen -“ei que haces Carlitos”, y les digo -“no, yo soy Sharon, me olvide de invitarte al entierro de Carlitos, y me dicen discúlpame, y les respondo, no te disculpo, yo soy Sharon y punto”. Los jóvenes y niños han sido más amigables, por ejemplo mis sobrinos me dicen tía Sharon y me defienden a capa y espada, si alguien me falta el respeto y me dice nombre de changuito se enojan y le dicen es tía Sharon, me encanta que sean así. Con mi mamá fue un golpe duro, lo fue para ambas, ella no tiene problema en llamarme Sharon, en un principio reacciono mal, me dijo que ella pario un hijo no una hija, pero yo le dije que yo me sentía mujer y no desde ahora sino desde siempre, y después lo fue entendiendo, e incluso a pesar de que por ahí siente vergüenza me defiende y me cuida.

LA CARTA                                                                                                                                           Hace apenas unos meses me llamo la madre de Franco y me cito en su casa, me dijo que tenía algo para mí, fue así que me dio una carta que me había dejado cuando se suicido, le pregunte porque no me la había dado antes… Ahí le conté a su madre sobre nuestro amor, yo creo que me termino dando la carta porque se dio cuenta con los años de lo que sentía por él, luego de la muerte de Franco, pasaba más tiempo en el cementerio que en cualquier lado, lo visitaba todos los días y ella lo sabía. En la carta me decía que sea fuerte y que no deje que otras personas decidan por mí, y sus palabras me llenaron de fuerza. Cuando me entrego la carta temblaba, casi me desvanezco, pero me hice la fuerte frente a su madre. Luego llame a mi amigo Marcos para pedirle que me acompañe porque me sentía mareada, de ahí fui al cementerio y pensé, hasta acá llega la historia de Carlitos y queme la carta en su tumba. Recuerdo que yo también había escrito una carta muy dolorosa, yo también había pensado en quitarme la vida, y esa también la queme y puede hacer un cierre. La carta fue sanadora, cerró una etapa que nunca había enterrado.

EL FUTURO                                                                                                                                           Me veo teniendo un taller de costura, haciendo mis diseños. También haciendo clases, ya que el año pasado lo hice en una escuela y fue una experiencia hermosa. Me veo como una persona común y corriente haciendo las cosas que me gustan aquí en Tilcara, no me iría de mi pueblo, estoy enamorada de mi tierra, siento que acá tengo mis raíces y me gusta esta forma de vida, valorar mis principios aquí y mi cultura, ya tengo un camino construido, mi vida armada.  Como aborigen, como marrón de piel pelada por el sol y el viento que soy, es importante nacer, vivir y morir en mi tierra.

 


 


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