Por eso, la Asociación que todavía está formándose tiene representantes de todas las danzas y artes que componen el carnaval fueguino. “Estamos reunidos, primero, con el objetivo de organizarnos, y después para intervenir con pedidos concretos: ya enviamos un proyecto para modificar la ordenanza que regula el evento del carnaval, y estamos proyectando un posible carnaval de invierno”, adelanta Roxana Perrie, del centro-murga Estrella del Sur. Otra idea es articular recursos por parte del Estado: desde espacios que sirvan para “practicar” de cara a los distintos eventos hasta cuestiones concretas de financiamiento. Pero quizá, todo esto, se entienda mejor desde el diálogo que surge Roxana, Cecilia, Elmiro Recaldes de la fraternidad Fuego Andino, Alejo Coronel de la murga Los Babosos del Fuego, Luis Fernández por la comparsa Tobas Huayna Pacha, Merancuré Luá de la fraternidad Ticuricari y Jésica Caranchik, representante de Traficantes de emociones.
No importa quién habla:
-“Nos unimos ante tantas cuestiones de rechazo. Siempre nos hacen sentir que somos menos, nunca podemos tener un evento como corresponde, hace años que no se organiza un buen carnaval. Siempre estamos reconocidos como ´los negritos de…´”
-“…del Ghetto, los marginales…”
-“Nos parece muy mala la organización desde la municipalidad. No hay sustento, no hay apoyo a las agrupaciones”
-“La municipalidad viene y te dice que hacer. Y nosotros lo que queremos es opinar, decidir, participar de las decisiones del carnaval”
-“Queremos hacer crecer el carnaval pero para toda la gente, para todo el pueblo”.
Lo “popular” queda así resignificado, reapropiado a las raíces. Estos murgueros lo explican desde la propia lógica carnavalesca: “La murga no es discriminatoria, cualquier persona puede entrar a cualquier agrupación”, propone Alejo. “Los chicos que van a las murgas, a las comparsas, son chicos que les falta afecto, que tienen algún problema, y ahí encuentra su espacio, su lugar, tienen una actividad”. Además estiman que todo el movimiento generado desde el carnaval convoca indirectamente a más de 900 personas. Hacen cuentas: “Si son 10 y hasta 12 agrupaciones, más las familias, más los que vienen de Río Grande…”.
Contra aquellos que pregonan lo nac&pop sin el pueblo, estos representantes arriesgan estas palabras cuándo se les pregunta sobre qué es un carnaval: “heterogéneo”, “mosaico intercultural”, “popular”, “encuentro”, “compartir”.
Hasta ahora, como bien recuerda Cecilia, “todo lo que tenemos fue logrado a pulmón. No nos han dado nada. Y no es fácil llevar una murga adelante, te lo puede decir cualquiera de los que están acá”. Sigue la charla: “La idea es empezar a recurrir en las políticas, porque el carnaval no tiene un espacio en la agenda política de Ushuaia. Es más, las actuales políticas atentan contra lo que es el carnaval”.
¿Por qué no llega el apoyo?
-“Porque es más fuerte una orquesta sinfónica que cobra y mueve recursos, que una murga que es popular y no cobra nada”.
-“Es una cuestión de elitismo; diferentes conceptos de cultura”.
Alejo plantea la paradoja: “Vos fíjate lo que pasa cuando vamos a Río Grande. Allá nos ceden espacio a las agrupaciones, nos atienden, y encima siempre traemos el primer o el segundo puesto… Y acá ensyamos en playones con nieve, con frío, bajo la lluvia, hay vientos… Es injusto, porque representamos más que bien a la ciudad”.
Por eso, la gran prueba de esa Asociación será la organización del carnaval de invierno. “Esperamos que pueda organizarse a partir de nuestras decisiones”, dice Cecilia. Para garantizar los recursos ya se juntaron distintos actores del sector público y privado: “Ahora que maduramos es viable, pero necesitamos apoyo”, reclaman.
Mientras tanto se siguen organizando, debatiendo y haciendo de este encuentro una fiesta para todos!.
por: Proyecto Ají Comunicación Autogestiva Patagonica
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