ABORTO SEGURO, LEGAL Y GRATUITO YA!

Reflexiones de una jornada por el aborto seguro, legal y gratuito!
de Noe La China Laffitte






Este primer aniversario de aquella vez que se discutió la IVE (Ley de interrupción voluntaria del embarazo) impulsada por la Campaña Nacional por el derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito en el Congreso, me encontró viviendo casi casi en el fin del mundo. Asi la llaman “comercialmente” a la bella Ushuaia, yo prefiero decirle el principio del mundo, al menos de mi mundo y el de otrxs tantxs.

Este 1 de noviembre pensé que me iba a pasar sin pena ni gloria… aunque siendo sincera conmigo misma, me iba a pasar con más pena que gloria, extrañando… Hace un año atrás andaba agitando los pañuelos verdes, cantando consignas feministas, levantando carteles y saliendo en las fotos de los diarios, bardeando “pro vidas” que nos quieren a todas muertas, todo eso con mucho calor y poniéndome el pañuelo verde de la campaña en la cabeza ya que en el cuello no lo banco porque me da más calor del que ya hacía en la ruidosa y cada vez más tropical Buenos Aires.

Este 1 de noviembre lo imaginé como día más en mi vida nueva, aquella que voy construyendo de a poco, laburando en la escuela, jugando con el chino, mientras me informaba via mensajes de textos a lxs cumpas de Bs As preguntando como iba la marcha y si los patovas de Cristo Rey seguían tan violentos como siempre. Pero fue diferente… Este Facebook, que más de una vez genera tanta mierda, me sorprendió con una foto de un colectivo de comunicación Patagónica, una foto en apoyo a la campaña y una futura acción en Ushuaia incluso. Salté de alegría, me contacté con un loco lindo y encima cumpa. Un salto más grande al darme cuenta que daba con alguien “del palo” en la provincia. Y un fuego interno que creía apagado me empezó a brotar desde adentro.

Este 1 de noviembre laburé hasta las dos de la tarde y arreglé que la chica que cuida al chino se quede más horas con él, ya que el chinito, tal vez recordando esas jornadas larguísimas y aburridas para él, se negó a acompañarme; armé mi bolsito y me subí a la combi. Esos 100km aproximadamente que separan, con la naturaleza más linda que ví, a Tolhuin de Ushuaia me sirvieron para pensar en que después del último 8 de marzo en Bs As volvía a salir a la calle, en estas luchas feministas que motorizan mi vida.

Este 1 de noviembre conocí a Leandro, un compañero grosísimo, con el cuál aparte de hablar sin parar y llenarme de publicaciones una más interesante que la otra, salimos a esa escalera. Una escalera de esas tantas que hay en Ushuaia pero diferente. Es una donde alguna vez a algunx iluminadx de este gobierno provincial se le ocurrió homenajear a las mujeres con dos murales muy bonitos, pero que poco nos representan. Mujeres entre flores, apacibles, melancólicas, con vestidos… era el lugar justo para intervenirlo y Lea lo sabía. En principio, lxs dos con nuestra compañía y algunas personas que pasaban, empezamos. Bien abrigada, con el pañuelo de la campaña en el cuello, puse junto con mi cumpa manos a la intervención. Recortar hojas, pintar nuestras manos verdes, pegarlas en las barandas de las escaleras, pegarlas intentando que el viento no las de vuelta, charlar sobre la campaña con las aquellos que nos miraban con curiosidad, ir pintando manos de quienes apoyaban a la campaña. Vale aclarar que llovió (lxs que me conozcan seguramente me escucharon más de una vez decir que el clima es Facho) pero no importó demasiado.

Este 1 de noviembre fueron llegando más cumpas a la escalera, compartimos mates, charlas, flores, sonrisas, anécdotas y más flores… Se me pasó el horario de la combi y me terminé volviendo en la de las 9 de la noche… entre mis nervios comunes a cualquier cruce de cordillera, sumado a que era de noche fue imposible dormirme. En medio de todo esto sentí que ese fuego interno volvió para quedarse en mí. Esta jornada, tan diferente a todas aquellas vividas en Buenos Aires multitudinarias, (aun aquellas donde “las locas feministas” pensábamos que éramos pocas y siempre las mismas) me volvió a motorizar, porque mujer bonita es la que lucha, la que lucha contra el patriarcado (porque él es el puto, no las mujeres, ni lxs gays, ni los hombres que demuestran sus sentimientos). Porque vivimos muchas luchas acá, acá bien al sur, porque el sur también existe y es mi realidad.



Noe

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