Las enseñanzas que nos dejan los estudiantes chilenos en lucha





El espíritu joven es en esencia revolucionario, y sin duda esto se pone en práctica en Chile donde miles de adolescentes resisten en pos de una educación de calidad y gratuita. Cabe destacar que según datos del mismo gobierno unos 50 mil adolescentes decidieron repetir el año y esto como acción concreta y directa sobre un sistema educativo que tiene como eje el lucro.
Acompañar este movimiento en Punta Arenas fue una experiencia inolvidable y educadora. Al menos cinco escuelas secundarias siguen tomadas en Punta Arenas y están cada día más fuertes generando espacios de educación popular donde los mismos alumnos deciden, organizan y concretan los talleres de teatro, circo, danza, hip hop. Literatura, música y educación popular figuran entre las tantas actividades que se llevan a cabo en el Liceo INSUCO, un gigante que resiste en el corazón de Magallanes.
El INSUCO lleva unos seis meses en toma, el edificio es un monstruo de tres pisos que llega al pulmón de manzana, donde una treintena de adolescentes luchan por ellos, sus hermanos, amigos y los que vendrán.
Las aulas ahora son sus habitaciones y cambiaron los almuerzos de las madres por comidas populares que ellos mimos aprenden cada día a hacer. En las charlas surge que lo más importante que han aprendiendo en esta lucha es administrar los recursos por ellos mismos, a sobrevivir con poquísimos recursos, el compañerismo, la lealtad, superar problemas, debatirlos en forma horizontal y entender que la construcción es colectiva.

Los primeros meses la resistencia generó encierro, ahora con el paso del tiempo las puertas de los Liceos se reabrieron pero con actividades que ellos mismos generan. La biblioteca pasó a llamarse Liberoteca, una sala es exclusiva para la proyección de documentales y películas, el patio cerrado se transformó en una escuela de circo y las actividades de limpieza, preparación de comidas y organización de las actividades corren por cuenta de estos jóvenes que hasta hace muy poco nada sabían de estos menesteres.

Para los estudiantes chilenos estos espacios de liberación, de crecimiento son pasos que los acercan a la redistribución de la riqueza, de la información y de la toma de decisiones de un pueblo. La comunidad de Punta Arenas ya estuvo movilizada masivamente a principios de este año por la situación del gas lo que les dio un importante aprendizaje para adueñarse de un reclamo que deberían liderar los adultos.

“Vamos por todo”

Luego de un recorrido por algunas escuelas tomadas hablan los estudiantes chilenos que nos enseñan con la tozudez de la lucha por la educación gratuita y de calidad:
Sebastián es vocero de la toma del INSUCO y antes fue presidente del Centro de estudiantes: “En los inicios de la toma se fue observando lo que pasaba a nivel nacional, el avance del movimiento y la capacidad de trabajar en conjunto para colocar entre la espada y la pared al gobierno. Durante un mes planificamos las acciones, para la cual no pedimos autorización. No vamos a pedir permiso para ocupar un espacio que es público. Una vez que tomamos el control del establecimiento, también lo hicimos con los espacios y recursos del mismo. Esta siendo una intensa experiencia de vida, estamos aprendiendo cosas que nunca vamos a aprender de otra manera ya que pretenden hacer de nosotros mano de obra barata. Los directivos y profesores siempre mantuvieron el respeto hacia lo que nosotros estábamos haciendo desde el inicio de la toma, pero no nos apoyaron activamente. La verdad es que en estos seis meses de lucha los estudiantes secundarios estamos solos, a pesar de que este es un movimiento social que sin duda involucra a toda la sociedad. Y como en el 2006 fuimos engañados ahora vamos por todo”.

Familias apoyando

María Paz también esta en la toma del INSUCO desde sus inicios: “Pasamos de ser compañeros a ser amigos y familia, imagínate que antes nos veíamos en clase, ahora hace seis meses que vivimos juntos, no levantamos de mal humor a veces, aprendimos a tolerarnos como en una familia. Yo termino este año, pero la idea es seguir acompañando el colegio y lo que se generó en la toma, la idea es seguir con el movimiento y sumar más gente de la comunidad. Mi familia me apoya, aunque después de tantos meses se les hace difícil, de hecho mi mamá me dijo que si quería repetir ella me apoyaría sin problemas, ha venido a cocinarnos, me he sentido acompañada por mi familia”.

Toma consensuada

Con 17 años el vocero del Politécnico de Punta Arenas nos relató la historia de la lucha en su colegio: “Continuamos marchando para que la lucha no decaiga. Somos una generación luchadora y revolucionaria. Estamos concientes de que necesitamos un cambio, de que éste es el momento y lo queremos ahora. Después de meses de toma, continuamos con las mismas expectativas y con la convicción de que tendremos éxito.
En las mayorías de los colegios los estudiantes se vieron obligados a entrar por las noches y no permitir la entrada de los docentes. Nuestra experiencia fue diferente por que contamos con el apoyo de los directivos, entonces la toma fue un trato. Nos entregaron la escuela y no fue necesario entrar por la noche. Los liceos bajan la administración a los propios estudiantes y nosotros nos encargamos de realizar actividades culturales, elegimos voceros y nos dividimos los roles para mantener la limpieza dentro de la escuela”.

RECUADRO
Lo que cuesta estudiar en Chile

El sistema de educación de Chile se podría resumir en dos principios alienantes: la reproducción de políticas que provienen en parte de economistas neoliberales y pensadores que se manifestaban contrarios al rol garante del Estado de los derechos sociales como la educación, salud, seguridad social, entre otros.
Así mismo la privatización de la educación lleva a un debilitamiento del concepto de lo público, clave en cualquier democracia. En el año 1993, en pleno gobierno de la Concertación se dictó una ley que permite que los sostenedores puedan cobrar a los padres un monto adicional a la subvención, lo que se conoce como “financiamiento compartido”. Esta es una modalidad de co-pago que obliga a las familias a pagar por una educación digna. Por otra parte, se permite que empresas puedan hacer donaciones a los colegios y descontar tributos. Así, en la actualidad sólo el 25% del sistema educativo es financiado por el Estado mientras que el 75% restante depende de los aportes de los estudiantes.
La gratuidad educativa sólo está garantizada en el nivel básico. A partir del secundario, las escuelas pueden cobrar cuotas. En tanto, todas las universidades –tanto las públicas como las privadas- cobran aranceles por lo que, el 70% de los estudiantes chilenos usa un crédito universitario.

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