SARA HEBE - POGO PATAGONICO



Sara Hebe es una cantante que transita los estilos, podría decirse que es trans-musical. Con una proyección internacional que la toma como una de las más aguerridas voces del sur de Latinoamérica. Originaria de Trelew un territorio de historia sangrienta, invoca los aullidos de una lucha a través de la voz. Sara llena recitales, hace bailar masas con su música y es parte de lo que podríamos llamar una resistencia del arte, a la opresión que el sistema impone, frente a la falta de un goce vital. Sara es furia y deleite a la vez, eclipsa las formas de represión generando el ritmo más desatado.
De una fuerza arrolladora en el escenario pasa a la candidez, voz alegre siempre con una risa y una palabra de ternura, así es Sara Hebe, una cantante que suele no llamarse cantante, con la letra filuda como puñal.
Frente a nuestros celulares o computadores poner Sara Hebe nos recuerda que el festejo es estrategia y que la alegría también debe ser parte de las luchas, así nunca olvidar que la fiesta es donde nos encontramos para dejar adentrarnos en la política más pura de los cuerpos.
Sara pone el cuerpo a lo que es su necesidad de entrega, el amor por el grito que desencadena las rabias de los lugares que visita. Desde una villa a una casa okupa en Europa, nada queda fuera del espectáculo que nos provoca.
Las visiones de Sara a momentos son las del horror “los golpes que me doy son para tapar las visiones” como vidente entiende que la desaparición de los cuerpos es real. Sin embargo al traer en la palabra a esos que desaparecen, renacen en su voz. Entrar en las cuerdas vocales de Sara es lo hipnótico, definirla en una palabra jamás. Sara es más que cualquier reducción, podríamos decir que es potencia que invita a una danza histórica. De ahí llegamos a profundizar en algunas preguntas de lo que es su arte de las voces.

Histórica. Háblanos de esa canción que ya es un clásico en tu repertorio…                                  No todo lo que digo es en mis canciones lo digo en primera persona. Voy y vengo diciendo cosas que me pasan a mí e imaginándome otras, inventándome personajes, como la personaja de histórica, ahí lo que pensé es una travesti que llega a ser presidenta. Yo imaginé esa fantasía, flasheando que esa utopía puede ser realidad, que todas las travestis, las trans pudieran ser bien tratadas y tenidas en cuenta. Lo mejor de esta canción es que Ramiro Guggiari un amigo escritor, director de teatro hizo una reinvención del tema. Realizó una obra que se llama Hystórica. Él tomó la vida de Heliogábalo, un joven emperador romano, quién reinó entre los años 218 y 222 d.C. el cuál fue marica y heredó la corona del padre a los 14 años. Era un putazo y siempre hizo lo que quiso. Además existe una parte re heavy, el malo de la historia quién también existió, siendo uno de sus grandes opositores y enemigo, el cual lo termina matando se llamaba Macrino. Así Ramiro hizo la obra y usa partes de la letra y a lo último canto el tema.

¿La autogestión es tu plan A? ¿Estás satisfecha con el camino recorrido?                                                                                                                                                 Sí, lo es. Uno va construyendo su camino, su recorrido, lo va diseñando, yo estoy donde quiero, feliz, en un encuentro para juntar plata para las socorristas, en un reci contra la gorra o haciendo la música para el documental Nunca digas nunca. Eso me gusta, me emociona, a mí me parece importante y no a todas tiene que parecerle importante. Igual estoy planeando el plan b, ya que cantar me está quemando, en cualquier momento me pongo un Uber, jeje. 

Sobre la diversidad en ciertos sectores las tortas son invisibilizadas frente a los hombres gay, con el caso de Higui se comprobó ciertos actuares donde las lesbianas tienen luchas dobles al ser mujeres ¿Cómo podríamos pensar una unidad juntes en apoyo, frente a un patriarcado y un fascismo descontrolado que reina en la actualidad?                                                                       Creo que un poco se está dando, hay muchas movidas culturales y agitaciones donde maricas, tortas, bisexuales estamos juntas, también amigos y amigas que son hetero y están ahí, acompañando. Ahora tenemos claro que el enemigo está actuando con total impunidad y con una violencia obscena, pero la mujer históricamente es un objeto, siempre cosificada, entonces claro, es más terrible para nosotras besarnos, mostrarnos, andar de la mano y eso porque sos como un objeto para el pajero, y con los chicos no pasa eso, se toma a las lesbianas como personaje de novela, pero no se nos percibe desde lugares de autonomía, siempre como objetos de machismo comercial en este sistema productivo.

A propósito de tu canción donde hay versos que aluden a Violeta Parra y al igual que ella, estas preocupada y te conmueve lo que sucede en la región y los lugares que visitas ¿Cómo te sentís con respecto a la lucha del pueblo mapuche frente a las injusticias del Estado y el empresariado que están de la mano?                                                                                                                          Yo entiendo los privilegios que tengo y simplemente tengo claro de qué lado estoy. Creo que hay más de la mitad de Argentina que es re careta. Que habla del ser argentino y eso me parece terrible. Demuestra lo racista que es esta sociedad, que le importa el ser argentino y no percibe a los pueblos originarios con su cultura, su lengua y se trasforma en un nazionalismo, es bolaso que todos somos argentinos. A mí me pone re triste las cosas que pasan, lo de Rafael Nahuel por ejemplo, que en comparación con la desaparición, seguida de muerte de Santiago Maldonado no salió en ningún lado, que claro es lo mismo, pero se ve que hay diferencia. Yo acompaño en lo que puedo.                                                                                                                                                     No estoy ahí y Santiago Maldonado estaba ahí, en el frente.  A veces me cuestiono un poco si al final el arte es sublimar la lucha y deberíamos estar haciendo otra cosa en vez de estar cantando.

Cumplis con todo lo necesario para decir que sos una artista que cruza los géneros, experimentas…                                                                                                                                    Yo si soy miedosa, y hablo mucho del miedo en mis canciones también, pero por ahí es eso, no juzgarnos, teniendo miedo también fui haciéndome más valiente y me encanta que bailen mi música, que esté en estos espacios para esta publica tan hermosa y diversa, es lo que más me calienta, la lucha contra el fascismo, la homofobia, la lesbofobia, la transfobia y amo estar ahí. Hay que tener cuidado, juntarnos mucho y hacer comunidad para no estar solas.

¿Cómo te imaginas una violeta del siglo 21?                                                                                                                                                                                 Me acerco a Violeta a través de la música en mis viajes a Chile. Creo que Violeta hay una sola, pero bueno hoy me la imagino como Susy Shock, como la Negra Liyah, como Anita Tijoux, Saha Satya.

Letras que queman son las de Sara Hebe diciendo “Bailando la muerte se ahuyenta”. La importancia de bailar, el mover cada parte del cuerpo es esencial para la comunicación, incluso desde la parálisis siempre un órgano, un resto de piel se mueve para comunicar ideas, nuevas formas de un lenguaje. “Si no tuviera ojos vería con el alma/ si no tuviera oídos te escucharía con el cuerpo/ si no tuviera territorio no lucharía por lo que es mío/ Pero es nuestra historia de convivir con enemigos”.  El deseo de los cuerpos por comunicar a través de la danza siempre será beneficioso, si aprendemos a leernos en su baile sabremos lo que un cuerpo puede. Se puede resistir a un sistema, si otros realizan una coreografía que lo sostiene entre el sudor, la furia y la alegría. Sabemos que la vida en los sures es una y mil batallas y cuando muere uno se levantan diez, para ello antes de la guerra bailaremos y ojalá una canción de Sara Hebe como nuestra banda sonora.

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